¿Mi obsesión por la luz?
Porque significa evolución, revolución. Los pilares de nuestro mundo, que es un mundo luz, ficcional, mental. No calcamos el mundo, simulamos el mundo, aun así, es el vínculo, el enlace, más revelador de lo real. El núcleo primario de conocimiento. La luz; porque me impresiona como algo tan intangible, impalpable, casi inmaterial, ha producido, cambiado, significado y perturbado tanto en el hombre. Y no sólo en nuestra especie, sino en la vida misma. La luz que es como nada. Sin bordes. Sin masa. Quiero infiltrar las intervenciones en un punto útil de balance. Que no colapse en la utilidad de la arquitectura pero que no se arruine en la inutilidad de la escultura ambiental. Definámoslo como intervenciones interactivas. En las que el interactor pueda vivir, no en un sentido parasitario sino en un sentido experiencial. La forma de comportamiento de la luz inundando el espacio, filtrándose por los poros de la visión a las conciencias, generando mundos, creando un fuerte vínculo entre el exterior y el interior, es replicada por mis ambiciones estéticas. Me interesa usar los espacios, crear hábitats. Donde las conciencias puedan introducirse, donde puedan alejarse y liberarse..